segunda-feira, 5 de outubro de 2009

La Negra sembradora


Muere La Negra
Y se nos va cantando
Que el tiempo no puede callar
Quien como cigarra vivió

Muere y nos deja un poquito más huérfanos
Pero nos abraza en el aire en el que ahora reposa

Duerme Negrita,
Y vestida de aire, ¡mira!
Que los pajarillos de la eternidad
Hacen una ronda a tu lado
Y nos vamos todos, caminando, cantando y jugando
Pronto a tu lado

¡Y habrá música!
¡Y cantarás!
Y tu fuerza es tanta que te oiremos desde aquí
Y desde aquí seguiremos, juntos, por la tierra de uno
En la que quisiste vivir
La que tú misma construyó

Y tu ternura es tanta que en los días más difíciles
Sabremos cómo seguir cantando
Que tu canto, más que todo
Es la vida en nuestras venas

Tú, que cantaste mi patria,
Tú, que cantaste mi pueblo,
Tú que hablaste mi lengua, y todas las lenguas del mundo
Que amaste la libertad y por ella no te has dejado callar;

Pienso que entrarás en el cielo
Con voz de relámpago
Y antes de la risa, y antes del llanto,
Te van a aplaudir

Y desde aquí escucharemos
Como el sonido de la lluvia que cae para todos
Y sabremos que están de pié
Y te saludan como mujer, madre y hermana

Muere La Negra
Y se nos va cantando
Cantemos con ella, amada obrera
De guitarra en puño, pecho abierto y ojos sencillos
Que si se calla el cantor,
Muere de asalto la vida entera

Pero Aya Marcay Quilla la nos traerá de nuevo
Y que cada día desde hoy sea esto día sagrado
Que no olvidemos lo que nos dijo,
Que no olvidemos por qué vivió
¡Que sembremos!

Que el tiempo no puede callar
Quien como cigarra vivió.

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